El cambio puede ser algo sencillo o puede ser algo realmente complejo. Se puede dar de forma gradual, exponencial y, en ocasiones, de forma no prevista. Son muchos y muy diversos los factores que intervienen en este, y no existe un único tipo de cambio. Partiendo de esto, son muchas y diferentes las formas de crearlos y gestionarlos, y muchas las teorías acerca de este y su gestión.
Así pues, cambio y aprendizaje están directamente relacionados; y en función del tipo de resultado que se quiera obtener y la situación que se quiera mejorar, puede ser oportuno realizar una serie de aprendizajes que como resultado final nos lleven a un cambio o realizar un cambio más directo y que como consecuencia de este se realicen una serie de aprendizajes.
¿Cómo nos puede ayudar a aprender y a cambiar?
Para centrar este escrito, vamos a focalizarnos en un tipo de cambio y un tipo de aprendizaje asociados a este y cómo la PNL puede ayudarnos a realizarlos. Como siempre, nos referimos a cambios en el ámbito personal y profesional, pero en ningún caso nos referimos al ámbito terapéutico, ya que no está dentro de nuestro ámbito de actuación.
Ponemos el foco, pues, en un tipo de aprendizajes centrado en la adquisición y desarrollo de habilidades, y concretamente en aquellos en los que tenemos que aprender partes de lo que debemos/queremos saber para, finalmente, juntarlas; lo que nos lleva a un aprendizaje de efecto sinérgico, en el que el resultado final es mayor que la simple suma de esas partes por separado. Cogiendo la analogía de la práctica del surf, primero aprendemos a mover los miembros superiores, después los inferiores, posteriormente, juntándolos, aprendemos a nadar sobre la tabla; más tarde, a ponernos de pie y, poco a poco, vamos introduciendo nuevos aprendizajes hasta que finalmente, posiblemente después de caernos muchas veces y beber algunos litros de agua de mar, somos capaces de empezar a coger alguna que otra ola. Lo que nos queda al final es un resultado que, fruto de muchas horas de entrenamiento, es aparentemente natural y espontáneo
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Este tipo de cambio, en cierta manera previsible, se da con cada nueva habilidad aprendida e incorporada a las anteriores; vamos caminando hacia un cambio mayor y la suma de todas ellas nos lleva a una capacidad superior.
Cada uno de nosotros tiene su propia manera de aprender, así como su propio tiempo para digerir cada experiencia vivida. Es en ese marco, en el del aprendizaje, más bien en el “cómo” aprendemos donde la PNL puede aportar principios interesantes.
Es aquí donde la Programación Neurolingüística (PNL) resulta muy útil ya que nos ofrece un abanico de recursos que nos pueden facilitar ese proceso de aprender el cómo hacer. No solo acelerando el proceso sino asegurando, de forma eficaz, ese aprendizaje.
¿Cómo la PNL me puede ayudar a aprender lo que necesito en mi cambio?
Hay tres conceptos que pueden ayudarte:
El lenguaje
En el proceso de cambio que hemos mencionado, si se trata de aprender habilidades de comunicación asociadas al uso del lenguaje; por ejemplo, mejorar la comunicación con el equipo, aprender a hablar en público, desarrollar la escucha activa o crear sintonía con mi entorno; la PNL resulta muy efectiva, pues dispone de patrones lingüísticos propios muy completos y efectivos, como es el metamodelo, los patrones de habilidad de palabra, a la vez que tiene en cuenta a todo el proceso de comunicación, atendiendo y cuidando, además del lenguaje, todos los elementos no verbales y paraverbales presentes en la comunicación, así como la propia experiencia de comunicar.
Además, uno de los aspectos importantes de la PNL, implícito en su nombre, es el lingüístico, directamente relacionado con lo que en PNL se suele llamar representación lingüística, proceso por el cual asignamos significado (etiqueta lingüística) a la información que recibimos del exterior en forma de imágenes, sonidos, sensaciones, tacto, olores, gustos… a través de un proceso de filtrado previo, y que ambos (filtrado y representación lingüística) están directamente relacionados con el acto de comunicarnos.
El uso efectivo de ese conocimiento puede ser muy efectivo cuando nuestros aprendizajes están relacionados con la mejora o desarrollo de habilidades de comunicación. Y tiene una relación directa con este tipo de aprendizaje, en el que vamos adquiriendo habilidades, como pequeñas partes que vamos sumando, hasta llegar a una habilidad mayor que la suma de estas partes, lo que nos lleva a un cambio, en este caso relacionado con nuestra comunicación.
Conocer el propio proceso de aprendizaje
La PNL te ofrece muchos recursos para indagar en el autoconocimiento y para entender cómo das formas a tus modelos del mundo. Entre ellos, y de los que ya hemos hablado en esta etiqueta; las representaciones perceptuales, las submodalidades, las claves de acceso y un largo etcétera relacionados directamente con la experiencia del aprender.
Tener en cuenta estos aspectos, ajustándolos a cada uno de esos pequeños aprendizajes a los que nos referimos en este tipo de cambio, puede hacer que la experiencia de aprendizaje y cambio sea más efectiva. Destacar que siempre nos estamos refiriendo a este tipo de cambio concreto y desde el marco de la PNL, y no a otros tipos de aprendizaje y cambio, y a la infinidad de teorías y formas de aprender, por las que tenemos máximo respeto.
El núcleo de la PNL, el modelado
Hablar de PNL es hablar de modelado. Muy a menudo, como ocurre en muchas corrientes, se suele poner más énfasis en las técnicas (lo que en PNL llamamos patrones) que en los principios en los que se fundamentan. Esto, posiblemente, ocurre debido a su enorme versatilidad, practicidad, eficacia y fácil aplicación. Si hacemos una analogía con un proceso complejo como es cocinar, las técnicas sería como saber elaborar una receta siguiendo los pasos, pero conocer cómo funcionan los elementos (fuego, agua, …) y los principios de las materias primas es lo que nos permite desarrollar las recetas, pudiendo cocinar sin necesidad de estas, adaptando a las circunstancias el resultado de la mezcla de los ingredientes, es decir, el Modelado. Por supuesto que las técnicas son importantes, pero si sabemos de donde salen seremos más eficaces, eficientes y flexibles a la hora de ponerlas en práctica.
Para entender este concepto, debemos remontarnos a su origen. Seguramente ya sabrás que la Programación Neurolingüística nace del trabajo de investigación que desarrollaron John Grinder, psicólogo y lingüista, y Richard Bandler, informático y psicólogo, que fascinados por estudiar la excelencia humano observaron cómo hacían lo que hacían tres genios de la época: Fritz Perls (fundador de la Terapia Gestalt), Milton H. Erickson (experto hipnólogo) y Virginia Satir (madre de la Terapia Familiar). La observación tenía como finalidad averiguar y hacer explícitas las distinciones presentes de estas personas con un resultado muy por encima de la media en un ámbito concreto de actuación, es decir, modelaron los patrones de excelencia cognitivos, lingüísticos y de comportamiento de esos tres genios en su campo.
Pero, ¿qué es el modelado? En palabras cercanas podemos decir que es una forma muy avanzada y sofisticada de aprender y de identificar las diferencias que subyacen bajo esos resultados y que marcan la diferencia, lo que en PNL llamamos “la diferencia que marca la diferencia”, es decir, lo que hace que una persona consiga un resultado por encima de la media en un campo determinado. Y es importante destacar esto, es decir, se trata de aquello que hace que tenga un resultado por encima de la media en una acción concreta en un campo determinado.
¿Y cómo puede servir esto en los procesos de aprendizaje asociados a un cambio del tipo que mencionábamos arriba?
Si los aprendizajes graduales que constituyen el cambio son de habilidades de lenguaje, de aptitudes relacionadas con la forma en la que procesamos la información o de aptitudes relacionadas con la forma en que nos comportamos, la PNL, y más concretamente el modelado de PNL, facilita una forma muy concreta y avanzada de aprenderlas.
En ocasiones el modelado de PNL se confunde con imitar o con copiar… pero en realidad no tiene nada que ver con eso. El modelado de PNL es la esencia de esta tecnología avanzada de comunicación y cambio. Es gracias a este que se creó, y gracias a él se desarrollan nuevos patrones (técnicas), lo que hace que la PNL esté en constante evolución.
El modelado no es exclusivo de la PNL, pero aquí nos referimos a un tipo de modelado muy concreto. No entraremos en más detalles de momento, tan solo dar estas pinceladas de algo que muy a menudo se deja de lado y que, sin embargo, es importante al menos tener en cuenta cuando hablamos de PNL.
¿Te imaginas si pudieras descifrar y comprender cómo aprendes lo que aprendes? ¿Y si pudieras aprender acerca de cómo haces lo que haces cuando tienes un resultado en una actuación concreta?, ¿No crees que saberlo te sería de valor en tus aprendizajes en un futuro?
Para terminar, una pequeña reflexión:
A lo largo de nuestra vida, hemos llegado a dominar habilidades que, en su momento, ni siquiera imaginábamos; ahora, en la distancia, parece inimaginable no tenerlas.
Quién te hubiera dicho que te atarías los cordones casi sin mirar ni prestar atención a cada uno de los pasos ¿verdad?